“"...Ninguno de los dos equipos demostró demasiado en el encuentro, que curiosamente fue muy concurrido por diversas razas. Mientras los equipos precalentaban, se vieron muchas tupidas barbas enanas y teces oscuras entre la muchedumbre, alentando y abucheando sin cesar. Especulando.



El encuentro comenzó con los rivales lejos de la línea de scrimmage, midiendo sus fuerzas, calculando las posibles jugadas, intentando escuchar por sobre el bullicio las inútiles estrategias que los DT gritan comenzado el combate, siempre previendo con la mirada los movimientos del contrario antes de que estos ocurran.



Y aburriendo a los espectadores.



Los orcos, fieles a su temple inestable, dispararon corriendo; unos hacia el balón, otros hacia el choque en medio del terreno. Por supuesto se olvidaron que existía esa acción permitida en este deporte llamada pase, la cual fue realizada por el equipo del Caos para sortear al malón de orcos enfurecidos que se aproximaba.



Así fue que la reciente incorporación caótica, Clare Arnold, se acomodó junto a la línea de Touchdown, protegida Cindy & Jim Walsh, Dylan McKay y el resto de energúmenos que acompañaron a algunos de los actuales DTs humanos durante su período puber (gay). Clare Arnold decidió instalarse unos pasitos antes de la línea, burlándose de los orcos con absurdos insultos a la vez que agitaba la manito frenéticamente (la que no tenía el balón por supuesto). Enfurecidos, Linemen, Blitzers y Black Orcs corrieron en busca de su trofeo y, de paso, intentar obtener el balón.



Clare esperó hasta el último instante posible, hizo un paso hacia atrás, y anotó el primer punto del encuentro de espaldas, mientras bailaba Aserejé a modo de festejo. Eso no se iba a quedar así. Oh, no.



Al comienzo de la segunda mitad, una piedra de origen desconocido atravesó las plateas bajas —vacías, solo ocupadas de tanto en tanto por los blandos Wood Elves— y la fosa —donde todavía se ven algunos cuerpos halfling flotando con comida alrededor—, e intentó aterrizaje forzoso en la parte de atrás de la oreja de Donna Martín, casualmente la líbero del equipo, protectora de la retaguardia.



—¡Un troll inadaptado! —gritó el DT Orco tomándose la frente con poco disimulo.



El DT Caótico se limitó a sonreír, planeando oscuras y silenciosas venganzas hacia su par rival.



Fuentes (secretas) de Iron Nosepicker® develaron al terminar el encuentro que en realidad los que habían arrojado la piedra eran los integrantes de Melted Rock Beer Smugglers, que habían asistido al encuentro camuflados de Amazonas, en el desesperado intento de eliminar algunos jugadores clave de Kislev Hills 90210 de cara a su nuevo encuentro con el equipo caótico.



Los oportunos orcos (o la casualidad) se adelantaron prontamente con el balón, y luego de algunas escaramuzas aisladas, toqueteos, cambios de mano y malabares con el balón, forcejeos, prostitución, alcoholismo, extracciones dentales y mucho, mucho llanto, anotaron el punto del empate, bajo el manto de algunos anónimos abucheos. El encuentro se ponía lindo. O se podría haber puesto lindo.



La verdad es que lo único interesante que ocurrió luego del discutido empate orco fue el ajusticiamiento hacia la confiada Clare Arnold, novata en este viejo deporte. A manos del Black Orc Urkrum, el equilibrio volvería a tierras bloodbowlísticas. Mientras Clare Arnold se acomodaba el taco de su zapato, piernas sin flexionar, trasero bien paradito, el desagradable orco embistió con su único cuerno las partes nobles de la señorita, quien falleció rodeada de una catarata de su propia sangre. La multitud escuchó el PLOSH! y estalló en jolgorio por última vez. Ese fue el verdadero final del encuentro.”


”