Iván o la fuerza del sino...
La crueldad de su destino se cebó con Iván desde su nacimiento... Nació en el sitio equivocado y con la raza erronea, pues todos saben que debería haber sido elfo. Apuntaba maneras élficas desde su tierna infancia. Era el único hobgoblin del barrio que escribía las felicitaciones navideñas en verano por lo que su familia supo enseguida que estaría destinado a hacer grandes cosas en la vida (si es que antes de los diez años no era linchado por alguna multitud enfervorizada).
En su adolescencia se hizo muy popular entre los hobgoblins de su edad por las amenas descripciones que hacía del interior de los recintos escolares (descripciones que jamás comprobó el resto)
Todo esto (y el ninjitsu) fue lo que le hizo conseguir esa capacidad de adaptación que actualmente utiliza en los campos de Blood Bowl.
Aún así el destino ha seguido cebándose en el abnegado Iván asignandole en el campo la función de rematar a los jugadores que padecen alguna dolencia. Sin embargo, su sentido de la responsabilidad le ha hecho esforzarse de tal manera que se ha convertido en un autentico especialista en aliviar el sufrimiento ajeno con una dulzura y suavidad impropia de un hobgoblin, recibiendo la pasada temporada el sobrenombre "botas de seda".
Fuera de los campos es muy apreciado por la hinchada y le encanta llevarse a la montaña a los pequeños hobgoblincitos a coger flores y a aprender nudos.